Incontinencia Urinaria
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La incontinencia urinaria consiste en la pérdida involuntaria de orina. El afectado tiene una necesidad imperiosa y repentina de orinar, pero es incapaz de retener la orina. Las fugas pueden producirse al estornudar, reír, realizar algún esfuerzo o ejercicio físico. Supone un problema higiénico, social y psíquico, ya que influye en la actividad cotidiana del paciente y reduce su calidad de vida. La incontinencia no es una enfermedad en sí misma, sino la consecuencia de una alteración en la fase de llenado vesical que se presenta en numerosas patologías. Es más común entre las mujeres, los niños (enuresis) y los ancianos, afectando a más del 15 por ciento de los mayores de 65 años no institucionalizados y al 35 por ciento de los ingresados en los hospitales.
La prevalencia de la incontinencia urinaria en España es del 15% en mujeres y del 11,6% en hombres. El envejecimiento de la población es un factor de riesgo de la incontinencia urinaria, sobre todo en la forma de vejiga hiperactiva.
La causa más habituales suele ser cuando la presión dentro de la vejiga es superior a la presión en la uretra. Este trastorno puede deberse a una hiperactividad del músculo de extrusor.
Los principales motivos son:
– Problemas o daños neurológicos.
– Por una alteración del esfínter externo y los músculos del suelo pélvico.
– Por fallo del esfínter interno ante una relajación inapropiada o lesión orgánica.
El principal síntoma de la incontinencia urinaria es la pérdida de orina al toser y estornudar, realizar actividades físicas o mantener relaciones sexuales. Y para su prevención existen algunas medidas que pueden ayudar a retrasar la aparición de la incontinencia de orina, así como prevenirla.
Algunos de los consejos a tener en cuenta son:
– Seguir una dieta equilibrada, como la mediterránea. Evitar el sobrepeso y la obesidad, de esta forma se reducirá la presión intraabdominal.
– Reducir el consumo de bebidas como el café, los refrescos y bebidas carbonatadas, el alcohol y los cítricos, entre otros.
– Evitar las comidas picantes.
– Aumentar el consumo de fibra para evitar el estreñimiento.
– Reducir el consumo de productos y medicamentos diuréticos, porque así se tendrán menos ganas de orinar.
– Evitar beber entre cuatro y dos horas antes de irse a dormir.
– No empujar al orinar. De este modo evitará que se dañan los músculos del suelo pélvico.
– No ingerir bebidas antes de realizar ejercicio físico.


