Fimosis
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La fimosis no es una enfermedad exclusiva de los niños. Puede aparecer en la edad adulta, sobre todo en pacientes diabéticos, donde la piel del prepucio sufre una pérdida de elasticidad, con dificultad o imposibilidad de retraerse. La fimosis es la incapacidad para retraer el prepucio, puede aparecer desde el nacimiento o en la edad adulta. El tratamiento es médico o quirúrgico en función del paciente. En el caso de la cirugía, es un procedimiento ambulatorio que se realiza con anestesia local.
La fimosis es un estrechamiento de la piel que recubre el glande del pene. La mayoría de los niños nacen con fimosis. Además, en el momento del nacimiento, el glande y el prepucio aparecen pegados por un tejido fibroso fino, a esto se le dicen adherencias Balanoprepuciales. Ambas condiciones hacen que en un recién nacido sea difícil retraer la piel del prepucio y dejar al descubierto el glande. Esta situación es absolutamente normal.
La circuncisión es una intervención quirúrgica en la que se elimina total o parcialmente la piel del prepucio. Durante el desarrollo, las adherencias y la fimosis van desapareciendo espontáneamente de manera progresiva. A ello contribuyen el mismo crecimiento del pene, las erecciones espontáneas así como una secreción blanquecina producida localmente y que actúa como un lubricante natural ayudando al despegamiento. Este proceso puede ser variable de un niño a otro. En términos generales, a los 4 años el 80% de los niños pueden retraer el prepucio sin problemas. Los que aún no lo han conseguido totalmente, lo harán en los siguientes años, de manera que al cabo de 16 años quedará sólo un 1% que no lo podrá hacer.
Ante un proceso absolutamente natural lo más sensato es no hacer nada, únicamente cuidar la higiene local con una suave retracción del prepucio, sin forzar. Tradicionalmente se ha ido recomendando la retracción traumática del prepucio (la conocida estirada) que además de resultar extremadamente doloroso contribuye muchas veces a generar cicatrices que empeoran la situación. Esta práctica debe ser ya desterrada definitivamente.
La necesidad de operar a un niño de fimosis, por motivos de salud, se reduce a casos aislados. Se contempla en situaciones de fimosis muy severas que no se resuelven de manera natural, infecciones locales de repetición o malformaciones del sistema urinario causantes de infecciones. Desde hace unos años, viene usándose un tratamiento alternativo a la cirugía y es el uso durante algunas semanas de una crema con corticoides aplicada localmente que ha dado buenos resultados.